Al
igual que en un antiguo casete, todo en la vida tiene una cara A y otra B. Eso
mismo pasa con la Luna, ese satélite natural que gira alrededor de la Tierra
sin aparentemente otro objetivo. Ahí está la cara B. Tiene otra misión muy
distinta a la que todos nos imaginamos, oculta a los ojos humanos.
Cuando
la Luna se encuentra en su más esplendido cenit: redonda, hermosa, luminosa y
cautivadora, los licántropos se reúnen en el bosque en forma lobuna. Muchos de
ellos aprovechan excusas como acampadas familiares o entre amigos, para que
aquellos que se sienten semejantes a ellos no sospechen de su cara B.
Los
licántropos -seres inicialmente mitológicos para los ojos mortales- se hallan
entre nosotros, conviviendo y compartiendo su día a día con el resto de la
humanidad. Quizás sea tu compañero de trabajo o alguno de tus vecinos;
cualquiera pueden ser, pues al contrario de lo que los libros dicen, son seres
sociables y conviven en perfecta armonía, dejando sus transformaciones para sus
reuniones, en las noches de luna llena, alejados de los ojos humanos.
Existen
varios clanes a lo largo de la península, cada uno con sus tradiciones y su
historia, pero nos vamos a centrar en el sur, más concretamente, en Sevilla.
Una ciudad que a primera vista parece igual que el resto, pero como ya he dicho
antes, nada es lo que parece. Ahí vive un clan muy antiguo de licántropos.
Ellos conviven y se mezclan con el resto de españoles que desconocen su legado,
de tal modo, que se relacionan pero sólo se casan entre ellos.
Sin
embargo, para Yanira no es así. Ella es diferente: puede y vive en esa cara B
anteriormente mencionada, esa que sólo muestra su verdadero rostro cuando se
encuentra en su apogeo, cuando hay luna llena; y es que Yanira, una adolescente
de pelo castaño rizado y ojos verdes como los de su padre, es una licántropo.
Saca
muy buenas notas y desea ir a la universidad para estudiar biología y saber qué
la diferencia de los simples mortales, así como topar con algo que no la haga
depender de ese satélite cada luna llena, y sentirse libre, pero su padre no lo
permite. No tiene más remedio que cumplir una serie de obligaciones por ser la
hija mayor del líder de los licántropos del sur: los Alandaluz; siendo la más
importante al casarse con el hijo del líder del clan Bética.
Años
atrás, los clanes firmaron un acuerdo de paz, fijando los matrimonios concertados de las
familias de los líderes como mecanismo para afianzar ese acuerdo entre ellos y,
ahora que Yanira ha cumplido diecisiete años, es un buen momento para
conmemorar una tradición con tantos años de historia.
El
matrimonio es con el clan Bética, uno tan antiguo como los Alandaluz, y con
normas tan arcaicas como años llevan viviendo en la península. Consideran que
las lobas tienen que quedarse en casa para limpiar y criar a los hijos, con una
media de cuatro cachorros por matrimonio, algo que Oscar -el hijo del líder de
la manada-, manteniendo el legado familiar y las tradiciones del clan por
encima de todo, respeta; para ello, debe domesticar a su loba y enseñarle el
camino adecuado para una Bética. Al contrario que la manada de Alandaluz, que
muchas de sus lobas estudian y, una vez casadas, compaginan su vida laboral con
la familiar. Son mucho más liberales y progresistas.
Tanto
Yanira como Oscar saben todo sobre ambas manadas, y conocen perfectamente cómo
funcionan las cosas en cada clan. La que lo peor lo lleva es ella, que se
siente prisionera de su propio destino, siendo su conservero, su propio padre,
al que ama y respeta.
*****
El
día de la boda llega y ambas manadas están reunidas en el bosque de Sierra
Morena para el feliz enlace, en un campamento con tiendas de campaña a lo largo
de una larga extensión de tierra, y con mucha bebida y comida.
Al
ocultarse el sol, la fiesta comienza y la gente se anima, Yanira espera en una
tienda a que sean las doce. No está permitido que la novia sea vista por ningún
macho hasta que comienza la ceremonia, por lo que solamente puede recibir
visitas de mujeres, quienes la vigilan, ya que para nadie es un secreto que
ella no quiere ese enlace.
Cerca
de las diez, una chica de la manada Bética, Sabina, se acerca a su tienda con
la excusa de llevar comida y bebida a la novia. Las mujeres que la custodian,
le permiten pasar, indicándole que vayan a comer, pues ella se encarga de la
novia. Las mujeres que llevan rato oyendo la música y la diversión de los
invitados a la boda, desean poder ir y dar una vuelta, por lo que aprovechan
esa oportunidad.
Todo
sale según lo planeado por Sabina, ya que no quiere que Oscar sea de otra loba
que si no es ella. Lleva desde los doce años encaprichada de él y quiere que
sea el padre de sus cachorros. Así que entra como una bala en la tienda de
Yanira y le explica su plan.
Ha
conseguido de una hechicera un tónico para dormir al lobo que lleva dentro. Al
tomárselo, su olor de loba va a desaparecer durante tres días, lo que queda
para la luna llena. Va a ser una simple mortal durante ese tiempo, pero luego
volverá a ser un licántropo otra vez. Ese
es el margen del que dispone para huir, lejos, muy lejos de todos, ya que sin
su olor lobuno, es complicado localizarla.
Yanira
no se lo puede creer, es una oportunidad para librarse del yugo que le impone
su legado familiar. Ni lo duda un segundo y acepta. Así que golpea con toda su
fuerza a Sabina. Para ella, disponer de una coartada y quedar liberada de
cualquier acusación. Coge una mochila y huye con un par de cosas. Cuando llega
a la ciudad, rodeada de gente normal, se bebe el tónico y va directa a la
estación más cercana; pues ya es libre, y un mundo nuevo se abre ante sus ojos.
Por
fin es LIBRE PARA AULLAR.
Buen relato, Yazmina. Parece el comienzo de un libro muy interesante. Me ha llamado la atención las costumbres de los licántropos. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias!! Si esa es la intención, pero primero necesito tiempo
EliminarEstoy de acuerdo con Merche, es un buen principio de historia...
ResponderEliminarGracias Héctor 😘
EliminarHola. No soy lectora de este género, pero ha sido entretenido y me entró curiosidad por saber más. Felicidades por el relato. Besos.
ResponderEliminarGracias Isabel 😘
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