La mujer del traje de cuero dejó el bolso en la estación. A pesar de
llevar un atuendo tan llamativo y ajustado, nadie se había fijado en su último
y rápido movimiento. Como en principio tenía pensado, el plan estaba saliendo a
la perfección y en el tiempo establecido.
La policía seguía su pista muy de cerca. En cuanto
vieron que salía de allí sin el bolso, que en principio llevaba al entrar, sin
más miramientos se abalanzaron sobre ella para detenerla. No tenían duda alguna
de que la bomba se encontraba en él; y de que su intención era volar por los
aires media estación. Llevaban días con el chivatazo en comisaría, de que
"Maria José", estaba vinculada a dicho atentado; sin embargo les fue
imposible detenerla antes, y ahora el tiempo jugaba en su contra. Si no le
sacaban pronto la información necesaria, fallecerían muchas personas inocentes.
La trasladaron a la parte trasera de una furgoneta que tenían allí mismo, para
así poder interrogarla y presionarla para que cantase. Sospechaban el motivo
por el que había elegido ese día para cometer semejante acto de barbarie, pero
querían oírlo de su propia boca.
-Díganos, ¿dónde dejó la bomba? ¿En qué parte de la
estación? ¡Todavía está a tiempo de detener esta locura!
-No les diré una mierda, me vengaré como ya hizo mi
marido.
La inspectora sabía que esa mujer había sido formada
para hacer el mal, y que no sería fácil que hablase. Después de una hora, de un
interrogatorio muy duro, lo único que sabían era lo que la había empujado a
elegir precisamente el día de Nochebuena: su esposo y ella odiaba la Navidad, y
esa era su alocada forma de protestar.
Ya tenían evacuado al personal y la zona acordonada,
solo diez policías buscaban el bolso en el interior de la estación. Aunque
para desgracia de todos, el plan estaba
saliendo tal y como ella lo había organizado: a la perfección. Cuando hallaron
el bolso se quedaron de piedra, allí solo había lo típico que cualquier mujer llevaría
dentro. Al llevárselo a la inspectora Berridy, que estaba interrogando a la
detenida, esta última se mofó del hallazgo.
-Veo que han encontrado mi bolso. Muchas gracias,
señores agentes. Jajajajajajaja.
A los diez minutos, la inspectora y sus agentes se
dieron cuenta de todo, pero ya era demasiado tarde. Era una trama muy bien
organizada; aquello había sido un señuelo para despistarlos. La verdadera bomba
estalló a las 11:30 de la mañana, en la terminal 4 del aeropuerto de Madrid.
Sesgando ni más ni menos que 189 vidas inocentes y millares de heridos. Los
malos, esta vez, ganaron la batalla, pero no ganarían la guerra.
"PAZ Y LIBERTAD"
Enhorabuena por este relato
ResponderEliminarMuchas gracias🙌🙌😘
EliminarFelicidades, Jose. Es muy valiente escribir sobre algo tan duro como es el terrorismo, sea un relato real o ficticio.
ResponderEliminarUn beso grande, amigo.
Mil gracias, amiga🙋🙋😘
EliminarEstá claro que te van los relatos negros. Me ha gustado mucho. Felicidades
ResponderEliminarQue cortito. Apetece más ;)
ResponderEliminar😱 Que mala mujer, buen relato,sale de los estereotipos 👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻
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