Dicho así, suena como muy misterioso, pero solo es un ejercicio más.
Esta vez, los chicos y las chicas del Cibertaller han tenido que escribir un
relato sobre una mujer con un traje de cuero.
Como en todas las
presentaciones, vuelve a salir a la luz mi antigua profesora. Por aquel
entonces, tuve que escribir un relato misterioso, sí, solo que con un personaje
diferente al que me he inventado. Ya lo utilicé en el taller de escritura que
di el año pasado. Me gustó la idea y lo he recuperado para este curso.
Lo que vais a poder
leer durante los próximos seis días trata sobre una misteriosa mujer que deja
un bolso en una estación. El ejercicio hace que el lector se pregunte lo que
sus autores y autoras se han preguntado antes y a la hora de escribirlo.
¿Mande?
Es fácil: les di cinco preguntas, pero no podían
escribirlas en el relato. Tenían que aparecer, sí, pero sin formularse. Ellos
las sabían de antemano; vosotros/as, las iréis conociendo durante la historia.
¿Quién es la mujer del traje de cuero? ¿Por qué deja el bolso allí?
Básicamente como en
cualquier relato o novela. Si se le da todo mascado al lector, mal vamos. Igual
que para ser buen escritor primero hay que ser buen lector, para manejar la imaginación
de quien nos lee primero hay que aprender a imaginar.
Nadie quiere leer una
historia sin conflicto, ni que se sepa todo desde la primera línea. Los
lectores queremos imaginar, adivinar quién es el malo y lo que les va a ocurrir
a los personajes a lo largo de la historia. El buen escritor da pistas, pero no
resuelve hasta el final. Si a la mitad de la historia el lector sabe lo que va
a ocurrir, significa que el autor o autora no lo ha sabido ocultar bien. Te han cazado.
A veces lo difícil se hace fácil, y otras puede ser
un perro y mordernos sin que nos enteremos.
Dejad que las seis
mujeres del traje de cuero os acompañen estos días, e intentad descubrir qué
llevan en el bolso y para qué lo dejan en la estación.
Espero que os gusten.
Gracias.
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