martes, 16 de mayo de 2017

El cambio (+18) (Mireia. Grupo C)


Me siento como si me hubieran arrancado el corazón de cuajo, ¿Cómo me ha podido hacer una cosa así? Intento pensar en otra cosa pero no puedo.

Esta noche es la fiesta de compromiso de mi hermana. No quiero ir, me niego a bailarle el agua al estúpido de Oliver. Sé que es el mejor amigo del prometido de Denise, pero no puedo con él. Es arrogante y un mimado. Podría estar toda la tarde criticándole; pero no merece la pena seguir con esto.

—Clara, ¿estás lista? — Me pregunta mi madre desde la escalera.

—No, aún no estoy lista, mama.

—¡Date prisa! —. Ya me está dando órdenes. La ignoro y sigo a lo mío. Hoy es un día de esos que no quiero recordar, ¡me ha hundido en la más absoluta miseria! Yo que pensaba que sería para siempre…

 

Me ducho con mi jabón de fresas y me visto con un vestido palabra de honor de color blanco. Rebusco en el armario y encuentro esos zapatos que me regaló la abuela cuando cumplí los veinte. Recuerdo ese día como si fuera ayer.

 

***

 

 

 

Llegamos a la gran fiesta y ahí está Oliver, con su traje hecho a medida. Por mucho que me cueste admitirlo, está impresionante.

Sé que me ha visto llegar. Noto su mirada clavada en mi nuca, y eso me pone muy nerviosa. Hoy me mira más de lo normal, como si me viera por primera vez.

¡Que le den!

Pillo la primera copa que veo en la barra libre y me la bebo de un trago. Hoy lo necesito como aire para respirar.

 

—Carla, siento mucho lo de Alex. Debe de haber sido muy doloroso para ti… —Ya está la chafardera de turno mirando a ver lo que pilla.

—No se preocupe, señora… —Me alejo de ella con toda mi mala educación. Lo sé. Mis padres no me enseñaron así.

 

Me muevo entre la multitud, dejando claro que no me siento intimidada. Me ha dejado mi novio, si ¿Y qué? Me niego a calentarme la cabeza. Seguro que Oliver estará encantado de verme llorando por las esquinas.

 

***

 

Tengo la impresión de que alguien me observa. Miro a mi alrededor y no veo nada ni nadie. Sigo moviéndome por la sala hasta que suena una canción muy bonita; me incita a bailar y así lo hago. Me muevo al son de la música, con movimientos lentos y sexys.  Unas manos se posan en mis caderas y siguen el movimiento de ellas. Una voz me susurra en el oído:

—Sh, desde el primer momento que te vi me tienes loco, Carla.

Sé quién es, lo reconocería a miles de kilómetros de distancia. Ese olor es inconfundible.

—Oliver, ¿qué haces?—le pregunto.

—Sigue bailando. Dejemos por un rato nuestra guerra.

Tiene razón, es hora de dejar atrás el pasado. No nos lleva a ninguna parte.  Me muevo más provocativa y noto la dureza de su erección en mi culo.  Acaricia mis caderas y deja sus manos en mi vientre. Sigo con mi intención de disfrutar. Por una vez en mi vida, Oliver me hace caso y pienso aprovechar.

No sé cuánto rato seguimos bailando, pero sé que no terminaremos solo con este baile. Él quiere más, y yo también.

Me gira y quedamos uno frente el otro; la mirada que veo es de lujuria, deseo y algo más que no sé descifrar. Nos miramos a los ojos y veos cómo se acerca más a mí, y me besa muy suave mientras nos movemos al son de la música.

Poco a poco nos vamos calentando y paramos de bailar. Nos metemos en el baño.

Tira de mí hacia dentro del cubículo y me apoya en la pared; me besa el cuello y me da pequeños mordisquitos, esos que tanto me gustan. Me dejo hacer. Lo deseo tanto como él.

—Oliver…— No puedo decir más. Me baja la cremallera del vestido y deja al descubierto mi sujetador.

Sigue besándome el cuello y baja hasta mi canalillo. Ahí se entretiene más.

—Tanto tiempo deseándote y por fin te tengo—. Me dice besándome en los labios—. Pero aún no puedo, necesito tenerte para mi toda una noche. Esto solo será un aperitivo.

Me baja el vestido y las braguitas; se baja y empieza a lamerme. No me da tregua.

—¡Oh, dios!—Me muevo inquieta cuando empiezo asentir las oleadas de placer.

No me da tiempo a decirle nada más, ya que me corro estrepitosamente. Empiezo a temblar sin control y Oliver me sujeta para que no me caiga; me abraza y besa mi cuello.

—Sh, ya está. Estás conmigo —Esas palabras hacen mella en mí, ojalá no sea una mueca más en su cama, ojalá me desee y llegue a quererme…

 

***

 

 Han pasado dos días desde nuestro encuentro en el baño, y sigo sin saber nada de él. ¡Me he dejado engañar de nuevo! He caído en sus brazos otra vez.

¿Por qué?

Me hago la pregunta mil veces y siempre llego a la misma respuesta: le quiero y una y otra vez caeré en sus garras. Siempre me hago la misma promesa: nunca más creerás en sus palabras, pero nunca la cumplo.

 

El pitido de un mensaje me saca de mis pensamientos.

 

Quedamos a las ocho en la esquina de detrás de tu casa.

Oliver.

 

¡Guau! No me lo puedo creer. Le contesto con un “vale”. Estoy súper nerviosa por mi encuentro con él. Desde siempre he estado enamorada y por mucho que me haya engañado a mí misma saliendo con otros chicos, siempre ha sido él.

 

 

Las ocho en punto y ya está ahí esperándome. Qué guapo está con su cazadora de cuero… Le sienta muy bien el look roquero.

Me acerco a él y le saludo.

No me da tiempo a saludar cuando ya tira de mí y me abraza.

—Dejémonos de juegos, Carla—Me besa en la mejilla y luego en la boca—. Siempre he estado enamorado de ti. He sido un idiota contigo y me he comportado fatal.

—Oliver, no. Los dos nos hemos comportado como tontos.

—Lo siento, necesito que estés conmigo. Ven, vámonos a mi casa —Me coge de la mano y tira de mi hasta su coche. Me abre la puerta y me siento.

 

No tardamos en ponernos en marcha. Creo que hemos llegado en un tiempo récord a su apartamento.

Entre beso y beso subimos las escaleras, mientras nos quitamos prendas de ropa por el camino.

—Oliver, como sigas así no llegamos a tu habitación— No me contesta. Sigue desnudándome y comiéndome a besos.

—Nena, estás toda mojada para mí —Me dice, tocando la humedad en mis partes.

Entramos en su habitación y me tumba en la cama; me quita los pantalones y el tanga. Me veo totalmente expuesta a él ¡y me encanta!

Se quita la ropa y me deleita con la estupenda vista de su pene palpitante, por ello decido jugar un poco con él. Me acerco y me lo meto en la boca; empiezo a chupar como si de un polo se tratara, y enseguida noto cómo se tensa y me anima a seguir con mi juego. Succiono todo lo que puedo hasta que noto que está a punto y paro. Me tumba en la cama, se pone un preservativo y me penetra muy despacio, deliciosamente lento.

—Oliver, más… Más rápido— le apremio.

—Déjame disfrutarte— Me da un beso en la nariz y sigue con sus movimientos mágicos.

Cada vez las estocadas son más rápidas; acelera el ritmo y hace que el placer inunde mi ser. Sé que estoy a punto y él también. Lo aprieto más a mí y sigo moviéndome debajo de él, acoplándome a su ritmo.

—Ah… ¡Dios! Me voy ah… ah, correr— Caigo en picado hacia el orgasmo más impresionante que he tenido en mi vida. Oliver también se corre.

Cuando nuestras respiraciones se calman, me abraza y me da besos por toda la cara.

—Te quiero, princesa— me dice, cariñoso.

—Yo también te quiero, Oliver —Seguimos abrazados hasta que el sueño nos vence y caemos en los brazos de Morfeo.

 

A veces la vida te sorprende y te trae al amor que siempre has querido, a aquel chico que siempre ha estado ahí en tu corazón pero que no has sido capaz de retenerlo. Un amor que no has sabido ver, y que te has engañado saliendo con otros hasta que por fin te das cuenta de que a quien realmente quieres en tu vida es al chico del que siempre has estado enamorada y te has negado a admitirlo.


FIN

17 comentarios:

  1. Muy bien, Mireia. Muy romántico, como siempre. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Ufff..... buena historia. Felicidades

    ResponderEliminar
  3. Muy romántico y sensual. Enhorabuena!

    ResponderEliminar
  4. Hola. Que bonito, romántico y hot. Me encanta las novelas romántica con un toque de erotismo. Felicidades.

    ResponderEliminar
  5. A veces sólo se necesita observar un poquito más para ver la realidad.
    Sensual y romántico.
    Felicidades, Mireia.

    ResponderEliminar
  6. Ups!Buen resultado, Felicidades

    ResponderEliminar
  7. Bonita historia, muy romántica. Felicidades

    ResponderEliminar
  8. Fuego se prende fuego. Muy bueno como siempre

    ResponderEliminar
  9. Fuego se prende fuego. Muy bueno como siempre

    ResponderEliminar