sábado, 28 de octubre de 2017

Especial Halloween 2017: Terror en la fiesta (Sandra Carmona/ Grupo C)




-¿Ya estás o no? ¡Voy a salir de casa y allí no conozco a nadie!


-Vooooy, ven a mi casa. Diez minutos y estoy.


-¡Perfecto! Hasta ahora.


Sofía colgó el teléfono con un resoplido.


Vero siempre hace igual, me hace esperar siempre.


Miré por la ventana y…genial, justo ahora se pone a llover.


Hacía una hora que estaba lista, como la gente mayor que va al médico una hora antes ( mínimo), pues yo igual, los nervios de saber que estaría allí Pedro me corroían por dentro.


Salí de casa agradeciéndome a mí misma por haberme puesto el abrigo grueso, hace un frío que pela y para postre, llueve.


Iba preciosa, está mal que yo lo diga, pero es así. He decidido vestirme de vampiresa. Sobria pero sexi. Un vestido negro, ceñido y largo. El pelo largo, rizado y moreno. Labios rojos y abundante sombra de ojos negra y para rematar el look unos zapatos negros de charol con tacón de aguja (aunque en ese momento echaba de menos unas buenas botas de agua).


Nada puede salirme mal esta noche, me dije a mi misma.


Ya tenía un pie dentro de mi Ford Focus cuando de pronto pasó una furgoneta (a una velocidad muy superior a la que debería en un barrio residencial) empapando mi bonito abrigo negro y parte de mi pelo.


Me senté enfurruñada en el coche.


Durante 5 minutos fui conduciendo cantando a grito a Amy Winehouse, a ver si me cambia el humor.


-¡Sofía!!!


Ahí estaba Vero haciendo aspavientos y esquivando los charcos. La verdad es que está muy cómica. La imagen me hizo reír.


-¿De qué te ríes? Así vestida, con el pelo mojado y riéndote sola, das bastante yuyu.


Vero ha decidido disfrazarse de Dra asesina, está preciosa, aunque se pusiese una bolsa de basura, estaría guapa.


-Para, ¡para aquí! Dijo señalando a una casa.


-¿Seguro que es aquí??


-Que sí. Y seguro que ya está también tu Pedrito.


No sé por qué me dijo eso ultimo con cierto retintín. Creía que no conseguiría nada con él ¿Me veía tan insegura con los chicos como cuando tenía quince años?


Nos acercamos cada vez con paso más lento hacia la puerta. Seguía sin verse ninguna luz, ni oíamos ningún ruido.


-Sofía, ahora dudo yo. Te juro que me dieron esta dirección.


-¿Quieres llamar ya a la puerta? Así salimos de dudas.


Después de esperar tres larguísimos minutos escuchamos unos pasos.


-¡Hola!-Era Rubén, el novio de Vero.-¡ Sí que habéis tardado! Y a ti- dirigiéndose a mí- ¿qué te ha pasado?


-Percances de la noche de Halloween, ¡terrorífico!


-Anda, pasad, que os esperábamos, sobre todo yo. Lo decía mientras le agarraba bien el culo a Vero-. ¡Estás preciosa!


Llegamos a la cocina, y había bastante gente, pero hablaban casi en susurros.


Que fiesta más aburrida. Le dije a Vero.


Habían preparado algo para picar, montones de cerveza, pizzas y refrescos. Preferí seguir paseando y chafardeando la casa (y si así me encontraba a Pedro, mejor que mejor). Salí de la cocina y casi me di de bruces con una pareja un poco extraña, un Bitelchus y una momia. Supuse que llevaban rato en la fiesta, ya que sus voces transmitían un cierto toque de alcohol. Para sortearlos, decidí subir las escaleras. La primera puerta estaba cerrada, supuse que era el lavabo y estaría ocupado. La segunda puerta…


-¡Bien! Abierta.


Encendí la luz. Me quedé maravillada. Una biblioteca enorme, con un piano en el centro, y enormes cristaleras en vez de simples ventanas. Me acerqué a las estanterías de madera de caoba…Stephen King, Bram Stoker, Anne Rice….Luego veía autores que no me sonaban: Clark Ashton Smith, William Hope.


-Perdona, pero ¿qué haces aquí??


¡Aagghhh! Me giré sobresaltada a quien me dirigía esas secas palabras. Sólo vi a un Drácula con una espalda ancha y un cuerpo bien moldeado, pero con una máscara que no dejaba oír bien su timbre de voz. Y una colonia inconfundible.


Yooo…lo siento (Sentía que me quemaban las mejillas), me aparté un poco en busca de…


¿De mí?-dijo quitándose la careta. Estás ES PEC TA CU LAR.


¡Pedro! ¡¡Qué susto me has dado!! Aquí es todo tan silencioso, la luz tan tenue que cuando has aparecido casi me da un infarto. Gracias por el cumplido.


De nada, tenía ganas de encontrarme contigo a solas.


¿Síi??¿Y eso??


Porque siempre estás acompañada y quería decirte- cada vez se acercaba más a mi boca- que me gustas mucho.- Terminando la frase con una voz más ronca y dándome un beso que esperaba hace muuucho tiempo.


Me iba el corazón a mil por hora. Temía que me estallase.


 


-Calmaaa. ¿Por qué te has decidido a decírmelo ahora, Pedro?


- Quizá el alcohol ha hecho su efecto y me ha desinhibido un poco. ¿Te parece mal?


-No, no….me ha sorprendido…de buen grado


De pronto Rubén abrió la puerta, sudando, pálido y rodeado de hombres lobo, payasos diabólicos, momias…pero ¿y Vero? No estaba a su lado, y cuando están juntos son como lapas.


-Pedro….¡ahh! Perdón, no sabía que estabas ocupado…Buscaba a Vero…Creí que podía estar con Sofía.


-¿Y Vero?


- Hace media hora estaba con ella en la cocina, bebiendo, y nos disponíamos a subir a….bueno, que estaba con ella. Quería ir al lavabo y me quedé esperándola. Pasaron quince minutos y fui a buscarla al baño, pero estaba vacío. La busqué por toda la casa, y nada. Sólo hay una habitación que está cerrada, y necesito mirar si está allí, si está indispuesta o está con alguien.


-Pero es que yo no tengo la llave, es el despacho de mi padre.


-Ya, Pedro, pero necesito encontrarla -dijo Rubén marcando el teléfono de Verónica por milésima vez-. ¿Ves? No lo coge, y le da tono.


-¡Esperad! –dije, chillando-. Me está escribiendo un WhatsApp


De repente todos callaron. Pedro cogió mi sudada mano y se acercaron a mí.


-¿¿Pero qué escribe? -dijo Rubén


-No lo que entiendo….Dice: cem.Collserola


Me está dando mucho miedo esto. ¿Y si es una broma? En tres cuartos de hora no da tanto tiempo a nada, y menos ir a collserola. Vamos a buscarla por la casa, que seguramente está riéndose a nuestra costa. Halloween, cementerios…y broma, todo muy típico de Vero.


-¡Centrémonos todos! -gritó Pedro-. Vamos a repartirnos las estancias y busquémosla. Tú, Rubén sigue insistiendo a llamarla. Sofía, busca cocina, comedor y baño. Y diles a todos que se acabó la fiesta. Vosotros (señaló a la momia), id a ver al garaje.


¡Qué líder es Pedro!, pensaba Sofía mientras se limpiaba la lágrimas.


Cuando todos acabaron de hacer lo que tenían asignado (y sin resultados), iban dirigiéndose a la biblioteca.


Y Pedro ¿dónde ha ido? -preguntó Rubén.


No lo sé, ¿por el jardín? -pregunté. Lo voy a buscar.


Mientras bajaba la escalera, todo en silencio,  vi un vaso de coca-cola derramado en la cocina, ganchitos desparramados por el sofá….


-¿Dónde estás Vero? Tiene que ser una de tus bromas sin gracia, es imposible que en menos de dos horas haya cambiado todo tanto.


Abrí la puerta, y justo oí cerrarse una puerta de un coche.


-¡Pedro!¿Dónde estabas?


- ¿Habéis encontrado a Vero? He buscado en el jardín y nada.


Me abrazó y me dio un tierno beso en los labios.


-Tranquila, que aparecerá. ¿Quieres una chaqueta?


No me di cuenta que estaba temblando. En dos horas tenía que ir con mi mejor amiga a su casa. Nos quedábamos a dormir allí, ya que sus padres no eran tan estrictos cómo los míos. ¿Cómo voy a aparecer a allí sin su hija?


Me senté en el sofá, quedándome el culo naranja por los ganchitos que estaba aplastando.


 


-Pedro, llama a los demás, tenemos que hacer algo.


Cuando llegaron todos al comedor y, pensando en qué podían hacer, dieron todos un respingo del susto que les dio el timbre de la puerta.


Pedro se puso blanco, y abrió la puerta, provocando unos gritos de terror en unos niños.


-¡Truco o trato!


Les dio los dulces que tenían allí listos para esa noche, pero estaban intactos.


Tomad, chicos, todos para vosotros.


Cerró y se dirigió a su amigo


-¿Qué hacemos?


Que se quede uno aquí, por si viene Vero. Los demás vamos al cementerio.


La momia se levantó de golpe


Yo…me ofrezco voluntaria para quedarme. El cementerio me da mucho miedo, y más esta noche. No creo que sea más que una broma. Estábamos todos aquí, y si se hubiese marchado, habría dicho algo.


 


-A ver, vamos yendo para allí y vamos pensando.


 Se levantó dirigiéndose segura hacia la puerta .


 


Cogieron el coche de Rubén. La mitad de la extraña pareja detrás.


Al llegar al cementerio, escucharon la música del móvil detrás de la verja.


-¡Es su música! Tiene que estar aquí. ¿Cómo entramos? -Estaba preguntando mientras Pedro  saltaba la verja-. ¡Dinos algo!


Esperaron unos larguísimos quince minutos.


Al llamar al móvil de Pedro, tampoco contestaba, y oíamos el tono de Aerosmith de su iPhone.


Los tres que quedábamos no sabíamos qué hacer. Bitelchus, que aún no sabía cómo se llamaba, Rubén y yo. No parábamos de llamarlos y de escuchar su tono. Madre mía… ¿En qué se había convertido una noche de diversión, alcohol y nuestros ligues?? ¡Esto era una pesadilla!


-No puedo más. ¡Voy a entrar!


- Pero, Rubén, si entras y no sales…. ¿Por qué no sale? ¿Qué está pasando?


- Tranquila…


Esperamos cinco minutos y Rubén no salía. De golpe vi que Bitelchus se guardaba el móvil en el bolsillo. Se levantó, me miró y fue hacia su coche.


Yo aquí no me quedo, lo siento -gritó mientras encendía el coche.


 Me quedé de piedra.


-¿Qué hago sola allí? ¿Entro o me voy a mi casa?


Pensé en coger el coche de Rubén, pero las llaves las tenía él, y ella era mi mejor amiga. Jamás lo haría.


Me moría de miedo. Encendí la linterna de mi móvil mientras llamaba a Vero para oír su tono.


Me salía apagado. Probé con Rubén y el de Pedro. También.


Me armé de valor y decidí saltar la maldita verja. Me quité los zapatos de tacón e hice el primer intento. ¡Nada! ¿Por qué al verlo resulta más fácil que hacerlo?


Intenté otra vez, y ahora sí, lo logré, pero se me rompieron las medias al engancharse con la punta de la verja.


Oía ruidos por todas partes. Me imaginaba ojos que me observaban. ¡Malditos libros de terror!


Los ojos ya se me habían acostumbrado a la oscuridad, ya veía con más claridad. Aun así, avanzaba muy despacio. No sé ni hacia dónde voy, y si quisiera volver tampoco sabría.


Escuché pasos, aunque me obligaba a ignorarlos.


Son fruto de tu imaginación, me dije en voz alta.


Seguí escuchando pasos, esta vez más rápidos.


De pronto observé detrás de unos setos unos pies, alguien estirado. Comencé a temblar. Supuse que no era Verónica, ya que no llevaba tacones.


¡Rubén!


Corrí hacia su lado para tomarle el pulso, rezando que no estuviese muerto. Estaba vivo. Menos mal.


Comencé a pensar en la forma de llevarlo al coche. Comencé a tener taquicardia. De pronto sentí un dolor inmenso en la cabeza, y noté que me resbalaba algo por la cara. ¿Sangre? Y sueño, mucho sueño.


Abrí los ojos, me pesaban. La cara me tiraba. La sangre ya estaba seca.


¿Dónde estoy?


Es una habitación minúscula. Sin apenas luz. No podía levantarme ni chillar.


Me han maniatado y metido un trozo de ropa en la boca.


Ladeé un poco la cabeza.


¡No puede ser!


Vi unos zapatos de tacón y sangre detrás de un escritorio. Miraba las paredes. Todo eran fotografías de Verónica, sonriente, abrazando a Rubén; pero él, en todas las fotos salía tachado. Me noté un nudo en la garganta. Mis ojos no podían contener las lágrimas.


Se abrió la puerta, y vi una espalda ancha, un cuerpo bien moldeado y una colonia q me era familiar arrastrando a Rubén. Pedro se giró. Los ojos que me encandilaron, ahora daban miedo. Repetía en susurros: Si no es mía, no es de nadie.


Me desvanecí.


12 comentarios:

  1. Intrigante hasta el final. La puerta cerrada creo que es el detonante de la curiosidad del lector. Al menos a mí me ha tenido en vilo. Enhorabuena, Sandra.

    ResponderEliminar
  2. Me he quedado con ganas de más Sandra!!!

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. De acuerdo con Ana. Buen planteamiento y definición de personajes que dejan con ganas de más historia y de un desarrollo más complejo de la historia. Felicidades.

    ResponderEliminar
  5. Muchas felicidades, Sandre un relato con mucha intriga.

    ResponderEliminar
  6. Una historia intrigante hasta el final. Enhorabuena, Sandra

    ResponderEliminar
  7. Me ha gustado q me tuvieras enganchada hasta el final, felicidades Sandra!

    ResponderEliminar
  8. Un buen estreno,xiqui! Un giro final que no te esperas. Sigue así!😉

    ResponderEliminar